AUMENTOS DE PRECIOS,
SALARIO REAL Y CONCENTRACION DE LA
RIQUEZA
Inflación
y política
El autor afirma que
el arma fundamental del poder económico para defender el beneficio
extraordinario es la inflación y define que la regulación y control del poder
económico por parte del poder político es el escenario de la lucha por el
poder.
Por Por
Roberto Briscioli *
Las
causas económicas de la inflación son diversas. Sin embargo, la causa
determinante de la inflación no es económica. Se encuentra en la política. La
política implica, entre otros aspectos, la lucha por el poder. La resultante
del poder es la posibilidad de la toma de decisiones políticas positivas que
beneficien a las mayorías nacionales o que –negativamente acentúen de manera creciente
la concentración de la riqueza. Esto último resulta ser la esencia del proyecto
político neoliberal. La política determina la economía y en la interrelación
entre ambas se decide la mejor o peor suerte de las personas.
Poder y gobierno son dos conceptos distintos.
Acceder democráticamente al gobierno significa alcanzar genuinamente el poder
político. Pero de ninguna manera esto último supone necesariamente subordinar
el poder económico al poder político.
La posibilidad de la regulación y control del
poder económico por parte del poder político es el escenario de la lucha por el
poder. Es decir, de la política.
El condicionamiento ético, y por ende la
legitimidad y la legalidad del poder político, estriba en el acceso y posterior
sustentabilidad del sistema democrático. El poder económico, en cambio, no
entiende de restricciones éticas y su construcción se concreta exclusivamente
en la maximización de beneficios.
El poder político y el poder económico pueden
tener coincidencia de intereses. En ese caso, estamos ante alguna de las
variantes del proyecto neoliberal, por ejemplo: la dictadura militar surgida en
marzo de 1976 y su profundización, el modelo de la convertibilidad, en la
década de los noventa. En cambio, si el proyecto político es nacional y
popular, basado en la creación de empleo con salarios dignos, el enfrentamiento
con el poder económico es inevitable. La inclusión social es posible únicamente
a través de limitar las ganancias del poder económico.
El arma fundamental del poder económico para
defender el beneficio extraordinario a costa de la inclusión social es la
inflación.
La tasa de ganancia se restituye y se acrecienta
con la inflación, que afecta fundamentalmente a los ingresos fijos (salario,
jubilaciones, pensiones), que deteriora el mercado interno. Si el poder
económico no subordina al poder político a su lógica del máximo beneficio a
través de variadas presiones –sobresaliendo las mediáticas, lo mellará a través
de la inflación. Los análisis empíricos de fuente ideológica diversa demuestran
que los sectores de la economía más concentrados son los que más incrementan
los precios –sin relación con los costos y, por ende, obtienen mayores
beneficios.
Por otra parte, el proyecto nacional y popular
tiene dos fundamentos básicos: la sustentabilidad del salario real alto y el
tipo de cambio real adelantado.
El salario real alto es básico como
sostenimiento de la demanda global, del crecimiento económico generador de
empleo e inclusión social. El tipo de cambio adelantado para posibilitar saldos
favorables de la balanza comercial, única fuente de ingresos de divisas
genuinos, para generar reservas y desendeudarse de la herencia neoliberal.
Además el tipo de cambio real alto potenciará los bienes transables y con ello
la actividad productiva, generadora de empleo e inclusión social.
La inflación a través del tiempo pulverizará
ambos pilares y así –paulatinamente deteriorará la sustentabilidad política del
proyecto. Las posibilidades destituyentes se acrecentarán, ya que los propios
beneficiarios del proyecto se verán perjudicados por sus inconsistencias,
provocadas artificialmente por el poder económico.
Como defensa, las paritarias sostienen al
salario real de los embates de la inflación. Son otro soporte muy positivo de
un proyecto político. Sin embargo, no debe olvidarse que la carrera acelerada
entre precios y salarios siempre será perjudicial para el proyecto nacional.
De manera similar a lo anterior, la devaluación
del tipo de cambio nominal puede mejorar el deterioro que provoca la inflación
en el tipo de cambio real, pero a costa de generar mayor inflación. El remedio
genera enfermedad. El escenario se completa con el mercado de cambio ilegal
–turbio e ínfimo, pero generador de expectativas inflacionarias.
El mercado paralelo como acicate de la inflación
induce a la devaluación oficial controlada a costa de reservas. Se parece a la
paradoja de Aquiles y la tortuga. Por más que avance el oficial, siempre
avanzará más intencionalmente el paralelo y mayor será la inflación. La
devaluación informal o no implica la inflación, por ende en el marco legal
vigente el paralelo no tiene techo y la inflación tampoco.
El acuerdo de precios tratando de establecer la
relación costos-beneficios de cada rama de la producción y la comercialización
es necesario. Sin embargo, está lejos de ser suficiente dentro del marco legal
vigente. Más aún, con un Poder Judicial proclive a favorecer al poder
económico. El acuerdo de precios, para ser necesario y suficiente, requiere de
una intensa movilización popular y reformas legales para judicializar con éxito
a quienes en actitud destituyente generan inflación y devaluación.
No estamos desarrollando una teoría
conspirativa. No hace falta teoría. La conspiración es inherente al poder
económico. Se trata de una interpretación de la realidad con el objetivo de no
soportar socialmente crisis económicas intencionalmente construidas.
Las políticas neoliberales han generado intensas
crisis económicas y éstas han provocado, como resultante, la concentración de
riqueza. Argentina desde 2003 y algunos países latinoamericanos intentan un
camino distinto del proyecto neoliberal de la concentración de la riqueza. Esto
para el establishment nacional e internacional implica políticas que deben ser
desprestigiadas primero y destituidas después, para que no cunda el mal ejemplo
a nivel global.En nuestro país, dadas las circunstancias históricas que
conforman la idiosincrasia de sus habitantes y el modelo de inclusión social
vigente, el arma fundamental para socavar y en su caso anular los intentos de
limitar la concentración de la riqueza es la inflación.
En otros países, donde la relación
salarios-beneficios se encuentra estructurada de tal manera que la tasa de
ganancia se restituye y crece a costa de los salarios, el desempleo y la exclusión
social, la inflación tiende a minimizarse. Es más, el arco político opositor al
proyecto político actual en nuestro país repite que la inflación es un proceso
monocausal, desatado por el Gobierno por emisión desmedida. Y su solución sería
la disminución del gasto público. Disminuir el gasto, traducido a lenguaje sin
eufemismos, significa eliminar o recortar la Asignación Universal
por Hijo o reducir la inversión pública generadora de empleo. El verdadero
objetivo de la propuesta de disminución del gasto público se expresa, por
ejemplo, en el proyecto de ley del Frente Renovador, cuyo referente es Sergio
Massa, por el cual se eliminarían parcialmente las retenciones al sector
agrario. El costo fiscal de ese proyecto oscilaría de 8000 a 10.000 millones de
pesos, que pasarían a engrosar –en su mayor parte las abundantes y concentradas
arcas del poder económico. Copia del modelo norteamericano de desfinanciar al
Estado –según la curva de A. Laffer– a costa de eximir de impuestos a los
sectores más concentrados de la economía. Es decir, desfinanciando al Estado se
fuerza obligatoriamente la disminución del gasto.En definitiva, están
proponiendo la receta neoliberal típica del FMI que, aplicada en España,
Grecia, Portugal, tiene una inflación menor al dígito pero omitiendo
intencionalmente que será a costa de la concentración de la riqueza, que
implica reducción de salarios, desempleo, pobreza, indigencia y, en definitiva,
exclusión social
* Docente. Integrante del Club Argentino Arturo
Jauretche.
robertobriscioli@yahoo.com.ar
BLOG: prof-robertobriscioli.blogspot.com
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