miércoles, 15 de febrero de 2012


ARGENTINA Y GRECIA: CAUSALIDADES

ARGENTINA:

En toda la etapa neo liberal desde el año 1976 al año 2003, la política económica  argentina  contó con un tipo de cambio atrasado artificialmente.
En la dictadura cívico-militar el atraso cambiario fue la derivación de la utilización de la tristemente celebre “tablita”, que anticipaba la devaluación en porcentuales siempre menores a la alta inflación existente. En el alfonsinismo ante la impotencia política de cambiar el rumbo económico fijado por la dictadura,  se desencadenaron los procesos inflacionarios e hiper inflacionario más profundos de la historia económica argentina que como consecuencia inevitable, atrasaba permanentemente el tipo de cambio. Durante los gobierno de Menem y De la Rua por medio de la ley de convertibilidad se establecía el atraso del mismo por ley,  por primera vez en la historia económica argentina,  lo que imposibilitaba la devaluación con el objetivo de darle “seguridad jurídica” a quienes saqueaban el país, por medio de la  inversión extranjera indirecta.
El tipo de cambio atrasado implica necesariamente la pérdida de competitividad exportadora y un subsidio permanente a las importaciones y el cercenamiento del mercado interno,  al perjudicar el desarrollo y crecimiento económico de los bienes transables generados en los sectores productivos, en términos relativos con los no-transables. Esto último significa priorizar la actividad financiera sobre la productiva y como consecuencia de ello, recaudaciones impositivas descendentes que determinarán permanentes y crecientes déficit fiscales. Se sumó además, durante el gobierno de Menem la privatización del sistema jubilatorio, que significó la desfinanciación intencional del Estado, en beneficio del poder económico concentrado en su variante financiera, que profundizó aún más el déficit fiscal.
La caída  de las exportaciones y el incremento de las importaciones llevaron a saldos negativos permanentes de la balanza de cuenta corriente que debieron ser saldados con endeudamiento externo. Esto último, implica necesariamente la sujeción de las definiciones de política económica a las decisiones del  FMI y más grave aún, la presencia infaltable en estos casos, de la inversión extranjera indirecta (“fondos buitres”) para cubrir las brechas negativas permanentes de los saldos “gemelos”. La intervención de la inversión extranjera indirecta especulativa y la política económica impuesta por el FMI se complementan mutuamente. Dicha coordinación se da en el marco de la receta del Consenso de Washington donde sobresalen la desregulación de la circulación de los capitales y la privatización de las empresas públicas, que al transformarse en extranjeras se benefician enormemente con el tipo de cambio atrasado.
Además como consecuencia de lo anterior, resulta imposible acumular reservas genuinas y por ende todo gobierno en este contexto, queda expuesto a la manipulación destituyente del poder económico concentrado, como ocurrió con el gobierno de Raúl Alfonsín que debió renunciar a la presidencia con seis meses de anticipación.
En el año 2003 y hasta nuestros días comienza un proceso virtuoso pocas veces visto de crecimiento económico sostenido; creación de empleos para millones de personas; incremento de los salarios reales que se aproximan año a año a los incrementos medios de productividad y que en un futuro no muy lejano deberán superarlo;  desendeudamiento externo sin precedentes históricos; acumulación de reservas genuinas y distribución progresiva del ingreso nacional a partir de sostener en el largo plazo un tipo de cambio real adelantado y estable. El mismo, además se  sostiene adelantado como tipo de cambio multilateral y con una relativa estabilidad, a pesar de la inflación impuesta por el poder económico concentrado que por dicho mecanismo, lo desestabiliza permanentemente atrasándolo y obligando al BCRA a su diaria administración para que lo anterior no ocurra.

GRECIA.

Grecia se incorporó a la zona del euro el primero de enero del año 2001.Se aceptó su ingreso ya que cumplía con los parámetros impuestos por el Tratado de Maastricht para limitar los desequilibrios fiscales, ya que de ubicarse dicho déficit en 7,6% del PBI en el año 1996, se había reducido al 1,5% en el año 2000.
La oficina responsable de auditar los datos estadísticos sobre las cuentas fiscales que aportan los países miembros de la Unión Europea es Eurostat. Los datos fiscales suministrados a Eurostat por el gobierno liberal-conservador de K.Karamanlis  para los años 2008-2009 no superaban el  3,7% del PBI.
Al asumir el nuevo gobierno socialista de George Papandreu en octubre del año 2009,  las previsiones suministradas por dicho gobierno  a Eurostat indicaban contrariamente que el déficit no era del 3,7% sino del 12,5. Superando en la actualidad el 13% del PBI.
Los directivos de Eurostat, oficina estadística situada en Bruselas -capital administrativa de Europa-, manifestaron ante esta grave situación que se encontraban “sorprendidos”. La sorpresa para un organismo auditor, resulta como mínimo inverosímil.
A partir de ese momento quedó al descubierto que el endeudamiento público griego significaba el 100% de su PBI. Además que el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos superaba el 10%. Caída del PBI; desempleo; regresión en la distribución del ingreso, Etc.etc. En otras, palabras todos los indicadores negativos que asolaron a Argentina durante la larga noche neo-liberal desde el año 1976 al año 2003.
A partir de esta realidad la Unión Europea conjuntamente con el FMI. comenzaron a implementar los consabidos planes de “ajuste”, que significan, tal cual ocurrió en Argentina desde 1976 al 2003, profundizar aún más la negatividad de los indicadores macroeconómicos y su consecuencia más grave: la degradación social. La receta es idéntica, a saber: elevar el IVA al 23%; recorte salarial del 20%; flexibilización del mercado laboral y previsional, elevando la edad jubilatoria y promocionando todo tipo de contratos laborales precarios y no registrados; cercenamiento de todo tipo de planes sociales; eliminación de la inversión pública; privatización de las empresas públicas, etc.,  El saldo final de estas medidas, sin dudas determinarán la caída pronunciada del PBI; caída de los salarios reales muy por debajo de los incrementos de la productividad media; regresividad profunda en la distribución del ingreso nacional; mayores tasas de desempleo y exclusión social, estangflación; saldos “gemelos” negativos;  incremento del endeudamiento externo; incremento de las tasas de interés para atraer la inversión extranjera especulativa y en simultáneo la caída de la inversión privada, etc.
En definitiva, idéntico a lo ocurrido en Argentina desde 1976 al año 2003.
La causa principal de esta tragedia griega, con final abierto para la totalidad de los PIGS (cerdos: según denominación anglo- norteamericana) e idéntica a la debacle Argentina que culminó con la profunda crisis del año 2001,  debe buscarse en la pérdida de la soberanía monetaria. Ello implicó para Grecia y para los PIGS abandonar sus monedas y con ello la posibilidad devaluatoria y utilizar el euro que es una moneda intencionalmente sobrevaluada, que como tal no perjudica a países de alto nivel de productividad como Alemania y Francia.  Todo en un símil trágico con Argentina en la etapa neo liberal, ya sea con la”tablita” como con la ley de convertibilidad que, como mecanismos diferentes,  cumplían el mismo fin, es decir, sobrevaluar la moneda nacional en relación al dólar.
Atar la moneda nacional de países con productividad relativa muy inferior y por ende composición de exportaciones con reducido valor agregado y limitada diversidad,  a monedas de países con niveles de productividad superiores y por ende exportadores de productos con alto valor agregado, da como resultado inevitable la destrucción del entramado social. Este es el caso de Grecia y en diferentes grados la de los PIGS, en relación a Alemania y Francia  que al tener estos últimos países niveles de productividad superior pueden mantener niveles altos de exportaciones en precios y cantidades, a pesar del atraso cambiario y beneficiarse con la disminución de precios que el mismo tipo de cambio atrasado provoca sobre las importaciones.
Además resulta insostenible en el largo plazo una zona monetaria como el euro, sin que predomine una relación solidaria entre los países integrantes a través de un fondo común para atender tanto  los saldos fiscales negativos como los niveles de endeudamiento. Un proceso de unidad solo es posible con una base de solidaridad, en relación a las asimetrías que siempre estarán presentes. De lo contrario todo proyecto de unidad se transformará más tarde o más temprano, en un proyecto de explotación de determinados países sobre otros.
Lamentablemente para la unidad europea, lo que ha predominado y se acentúa  por lo que se desprende del Tratado de Lisboa, es el egoísmo individualista que alientan las asimetrías destituyentes de la unidad, entre países de mayor productividad que se benefician con un tipo de cambio alto y otros países en donde el mismo tipo de cambio los coloca en posición de default al no poder devaluar, y que los perjudican aun más con los salvatajes basados en el principio neo clásico del salario como variable de ajuste.
Como ocurre naturalmente, sobre el despojos se posan los buitres. Es el caso de la banca de inversión norte americana Goldman Sachs- accionista del grupo Clarín en un  18 % -  que indujo a la falsificación de los datos estadísticos, para así poder colocar emisiones especulativas tan rentables como ilegítimas,  tales como la de derivados financieros con respaldados de créditos hipotecarios incobrables por su origen “sub prime” y emisión de bonos de la deuda pública griega que encontraron un contexto propicio, durante el gobierno neoliberal de Karamanlis.
Sintetizando, el proceso es similar para Argentina de1976 a 2003, como para los PIGS.
Tipo de cambio atrasado e imposibilidad política de devaluación que traerán aparejados la transformación de la actividad productiva en financiera especulativa y los consecuentes saldos negativos de los “gemelos” que se saldarán con endeudamiento externo. Sobre la situación anterior se montarán los Goldman Sachs promotores de todo tipo de actos de corrupción para obtener máximos beneficios financieros, con el simultáneo y coordinado ajuste impuesto por el FMI.
Como conclusión, tanto para Grecia como para el resto de los PIGS  y en definitiva para la Unión Europea la salida pasa por redefinir las relaciones de unidad transformando las actuales que profundizan las asimetrías entre los países miembros, en nuevas relaciones solidarias en relación a los déficit y el endeudamiento como consecuencia de lo anterior. De lo contrario en el mediano plazo la devaluación en los países europeos más débiles se irán dando como  un efecto “dominó” y con ello  la ruptura de la zona del euro será un hecho inexorable. El beneficiario directo de esta frustración histórica será EE.UU., ya que la caída del  euro significará el retorno al insoportable privilegio del dólar, como moneda de reserva exclusiva y que paradójicamente, representa al país con mayores déficit de sus gemelos y consecuentemente el más endeudado del planeta y sin posibilidades políticas de dejar de serlo,  al menos en el mediano plazo.

ROBERTO BRISCIOLI – DOCENTE.
robertobriscioli@yahoo.com.ar

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